Desde siempre supe que eras para la familia una persona especial, por todo lo que te demostraban los demás. Que nunca tuviste hijos propios, pero que tenías 2 hijos que eran como propios y que los cuidabas como tal. Además nunca tuviste nietos, pero tenías 4 que eran tuyos sin lugar a dudas. Por derecho propio. Quizás recién ahora, me doy cuenta, lo mucho que te extraño. El día que te fuiste, fue el primer momento de real tristeza en mi vida. Y también fue el momento en el cual me dijeron la primera frase que regiría algunos momentos de mi vida. “No lloras por que ella se murió, lloras por vos, porque no la vas a ver nunca mas” Esto que estoy escribiendo, es para que sepas que estas presente todavía. Y si, te extraño y me gustaría seguir compartiendo esos momentos mágicos, te acordas? Te esperábamos todos los sábados a las 18 hs en Rosales y Roma. Eran esos momentos de angustia, por saber en que colectivo 168 ibas a llegar. Y venías siempre con tu peinado al spray, con esa presencia de señora fuerte (pero sabes una cosa? Se en estos momentos que te desarmabas en el momento que nos colgábamos con maxi y te abrazamos) Sigo comiendo cada ves que puedo los bocaditos Holanda. ¿Te acordás cuando me saque los dientes de leche, porque los bocaditos hacían sopapa y me los arrancaba? Los aviones siguen pasando por arriba de la casa de mamá y se ven perfecto desde el balcón. Les enseñé a mis hijos lo mismo que vos me enseñaste cuando era chico. Sentarnos en el balcón a mirar los aviones pasar en las noches de verano.
Gianni no existe más. Pero todavía está en mi cabeza, la noche que fuimos caminando a la heladería y me compraste 2 helados. (Esa noche sigue siendo mágica para mi). Recuerdo esas noche de sábado donde nos acostábamos con Maxi, uno a cada lado tuyo y dormíamos los tres en la cama. Te acordas cuando me quise dejar el Yo-Yo en el dedo puesto para no perderlo. Menos mal que me lo sacaste, porque hubiera perdido un dedo. Sabes que todavía guardo como un tesoro, tu almohada? Es mucho mas chica que antes, pero es el recuerdo que guardo. Y aquella medallita que me regalaste cuando fuiste mi madrina de bautismo, la tengo siempre en mi cuello. Para recordarte siempre. Te acordas cuando tomábamos por asalto tu departamento, algún fin de semana. Donde nos parecía que íbamos el culo del mundo con el colectivo, pero estábamos en Lacroze y Alvares Thomas. Pero lo importante de las visitas eran, el pollo al horno con papas, poder jugar y ver la tele hasta cualquier hora y por último tomar el vasito de ponche “Capitán de Castilla”. Y dormir después como bebés. Todos estos recuerdos y muchos más, hacen que te extrañe, pero también me recuerdan que te tengo que decir GRACIAS. Por el amor, por el cuidado cuando estuve enfermo, por el ejemplo, por la compañía, por las noches y los días compartidos, por saber que estabas y estas siempre, por los sábados, por los domingos, por los bocaditos holanda y por todo lo demás. Gracias “Tía” Marta.
Gonzalo
Deja un comentario